Los Colegios de Abogados como institución garante del derecho de defensa.
La semana pasada tuvo lugar una ponencia telemática organizada por ISDE en aras de instruir y explicar a los futuros abogados la importancia de los organismos que pasarán a representar. La ponencia, titulada Ser decano: obligaciones, objetivos y experiencia práctica, fue conducida por María Eugenia Gay, decana del Colegio de Abogados de Barcelona y Ángel Quemada, decano del Colegio de Procuradores de Barcelona. Asimismo, Montse Pintó, directora de ISDE Barcelona, fue moderada de la sesión.
Es sabido que la profesión de abogado conlleva una vocación al servicio público, y su finalidad radica en la defensa fundamental de la ciudadanía. En este sentido, María Eugenia Gay apeló la misión de impartir de justicia de los jueces y, por ende, la de reclamar y reivindicar de los abogados. Siempre bajo el paraguas de la libertad, la independencia y el respeto a la normativa deontológica.
Se recalcó la importancia del Colegio de Abogados como institución, la cual permite a los abogados desarrollar su labor con todas las garantías.
En cuanto a la figura de los procuradores, Ángel Quemada la describió como figuras técnicas, siempre en formación que colaboran a los abogados en el proceso de búsqueda de la justicia. Pues, son ellos quienes conocen cómo funcionan las diferentes salas de los juzgados en las que se desenvuelven día a día. Conociendo los usos y costumbres de estos.
Se enunciaron el derecho de defensa, el cumplimiento de la Constitución Española y los Estatutos de Autonomía, la contribución a garantizar la paz social y convivencia como funciones principales de los Colegios de Abogados. Asimismo, destacaron la función pública de velar por el necesario cumplimiento de las normas deontológicas, la emisión de informes en materia de honorarios, tasación de costas o jura de cuentas. Y, la misión de velar por la justicia a través por el Turno de Oficio, el cual gestiona y garantiza la justicia gratuita.
Finalmente, ambos decanos destacaron la continua labor y necesidad de los profesionales de la abogacía de mantener la formación con un continuo desarrollo de las nuevas tecnologías, necesarias para un cambio regenerador con calado social.