Transformación digital de grandes compañías: especial referencia al sector jurídico

Transformación digital de grandes compañías: especial referencia al sector jurídico
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  • Damián Tuset Varela

En plena pandemia, mayo de 2020, Telefónica cerró la mayor operación de M&A de sus 65 años de historia. El acuerdo para integrar O2, propiedad de la operadora española, con Virgin Media, marca mediante la que actúa Liberty Global, originó el nacimiento de una compañía valorada en unos 36.000 millones de euros. «Y se logró cerrar sin reuniones presenciales», explica sobre cómo se ejecutó la fusión Luis Ángel Prendes, director global de servicios jurídicos de negocio y transformación digital de Telefónica.

Lo cierto es que el COVID-19 no ha hecho sin reforzar la necesaria digitalización en las empresas. La pandemia impactó menos en las empresas que estaban preparadas digitalmente, aunque queda camino por recorrer. Así lo reconoce el responsable de Telefónica, quien afirma que «Lo acontecido en los últimos meses ha acelerado de manera exponencial una digitalización que ya estaba en marcha, donde la conectividad ha sido clave. Teniendo en cuenta que en todo proyecto de transformación, la tecnología debe ponerse al servicio de una necesidad concreta; humanizar esa necesidad es esencial para completar el proceso”

El director de asuntos fiscales de Repsol, Juan Pablo Ghelardi, recuerda que “lo vivido en la pandemia no fue simplemente trabajo en remoto. Fue una situación extrema en la que cobró especial importancia el liderazgo de equipos, saber comunicarte con los tuyos y reforzar la empatía. El factor humano fue crítico».

Por tanto, parece claro que entre las grandes compañías españolas, la transformación digital ya era una realidad pre-Covid. «La situación nos ha hecho reflexionar sobre cómo debe ser un departamento legal en el futuro», apunta Marga Bustos, directora de asesoría jurídica de tecnología, costes y transformación de Banco Santander.

Especial mención merece el ámbito jurídico tradicional, en donde la transformación digital lleva tiempo asomándose mediante el denominado legaltech, es decir, la tecnología que modifica la práctica tradicional del Derecho tanto para los profesionales como sus clientes, haciendo más eficiente y cercana la comercialización del servicio o su prestación.

El informe elaborado por “The Law Society” en Reino Unido, concluyó que la tecnología iba a destruir entre 67.000 y 114.000 puestos de trabajo a 20 años vista en el sector legal británico. Por otro lado, Deloitte cuantificaba en un 39% el porcentaje de empleo legal (también en Reino Unido) que se podría ver afectado por la automatización.

Precisamente, en el ámbito jurídico, un sector tradicional, la transformación digital debe pasar por «realizar un análisis de todas las tecnologías existentes en el mercado para utilizar la que mejor se ajusta a cada necesidad. Y no sólo para los departamentos in house, donde cobra vital importancia el machine learning o la gestión de litigios, sino para los despachos externos que nos asesoran, para los que son fundamentales las herramientas de due diligence, entre otras», explica Bustos. Por su parte, Heredero afirma que para el sector asegurador, «en la actualidad, cualquier operación hay que traducirla a datos».

Para llevar a cabo proyectos de tal envergadura, «es imprescindible fomentar el conocimiento compartido y transversal. Lo que hay que conseguir a través de la formación especializada y la integración de equipos es que el abogado, el informático y el ingeniero de datos hablen un lenguaje común para garantizar que la tecnología sea una solución y no un problema», explica José Rodríguez, responsable de coordinar el área de innovación y tecnología de KPMG Abogados.

Ante esta situación, deviene fundamental la formación, para tener perfiles adecuados a las nuevas realidades. En el ámbito jurídico, podríamos hablar del jurista digital. Frente el miedo atávico al cambio, deviene necesario un cambio cultural hacia lo digital, debiendo dejar atrás su “actitud analógica”. El director de asuntos fiscales y corporación de Repsol entiende que «No se puede salir al mercado a fichar a los mejores perfiles digitales cuando se quiere cambiar toda una compañía. Se tiene que impulsar de abajo a arriba, con formación en transformación digital en el día a día (…) Por eso, sobre todo en los equipos fiscales, hay que detectar perfiles que tengan la habilidad de solucionar problemas».

Si bien es necesario seguir avanzando, la digitalización está consolidada en los grandes despachos de abogados. Nos encontramos con software de gestión para despachos y abogados tales como, quolaw, kleos, infolex o iusup; plataformas para adquirir y/o generar contratos “online”, tales como formaldocs o bigle legal, la versión española de wonder legal, crea mi contrato, mil contratos, lexness o docxpresso;  plataformas de intermediación para que los abogados se den a conocer; servicios para plantear reclamaciones legales de todo tipo, como reclamador, indemnízame,  airlex vía móvil, quarande en materia laboral, reclama por mí en múltiples materias, winu, desde valencia, no win no fee y reclamación de vuelos en reclamaciones aéreas, legaline, welegal o easyfeedback y reclamadatos para reclamaciones en materia de datos personales; o servicios para recopilar y generar con seguridad evidencias digitales, como  signaturit, acerodocs, evicertia, visualeo, punto neutro, mailcertificado y biometric vox, entre otros. En la “Legaltech” española se han invertido hasta el momento más de 65 millones de euros.

La transformación digital de hoy debe verse como un mundo de oportunidades para las empresas, más que como una amenaza. La salsa secreta para la supervivencia, sin embargo, se basa en un cambio cultural que se centra en el valor del análisis de datos.

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