El hombre invisible

El hombre invisible
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  • Juan Antonio González Ruiz-Henestrosa

Las series de televisión están de moda. A decir verdad, nunca han dejado de estarlo. Las plataformas digitales han convertido a este producto en su menú del día. Observo el mando a distancia. Quién manda, me pregunto. Entre las series más vistas de este mes de enero que acaba con las ausencias de las rebajas y una cuesta que la pandemia ha transformado en una empinada rampa, una que me recuerda a los años 70, El hombre invisible, una adaptación de aquel clásico personaje de la novela de H.G. Wells.

Un capítulo y después otro. La historia de terror me deja indiferente. Tampoco ha sido para tanto. Mejores adaptaciones he visto y mucho más terroríficas. No culpo a la película, tal vez, un poco de cansancio después de un mes de enero lleno de horas en el despacho dedicado a que los clientes cumplan con sus obligaciones con el fisco.

Las secuelas del 2020 se ven reflejadas en las cuentas y en los números, pero sobre todo en los rostros. Aplazamientos, fraccionamientos, cuentas bancarias sin saldo, NRCs y plazos y más plazos. Te preguntan qué sucede con su devolución del IRPF, dónde se encuentra ese dinero que ahora les ayudaría a salvar en parte esta situación y no quedar ahogados. Dónde están las medidas que ayudarían a paliar la carga tributaria que se echa encima como regalo que llega después de los días navideños.

He dulcificado en parte estas escenas porque muchas de ellas se emiten en horario infantil, pero algunas de ellas son de terror. Este mes de enero es más parecido a un Halloween, donde el Fisco envía a su Hombre invisible con medidas que poco ayudan a esta situación. Buen ejemplo de ello fue el Real-Decreto Ley publicado el día antes de Nochebuena y que entre las medidas fiscales de apoyo a los autónomos y pymes era de establecer plazos especiales de aplazamiento/fraccionamiento para las liquidaciones tributarias a presentar durante el mes de abril de 2021. ¿Qué ha ocurrido con las de enero?, pues simplemente que el Ejecutivo ha decidido que ahora había que pasar por caja sin tener en cuenta lo que está cayendo.

Pero la cosa no queda ahí. El hombre invisible también se esconde en la interpretación de las normas y un ejemplo de ello es la Consulta Vinculante V3641-20, en la que de manera resumida excluye la posibilidad de deducir determinados gastos por suministros debido a la situación derivada del COVID-19.

Una vez más, la Administración Tributaria parece obviar la situación en la que nos encontramos e interpreta las normas olvidando la realidad social en la que estamos inmersos. Habrá que recordar que el art. 12 de la Ley General Tributaria y el art. 3 del Código Civil marca sus reglas de interpretación.

Las series siguen estando de moda. He terminado de ver El hombre invisible y ahora he comenzado con una versión moderna de Pinocho.

El autor del artículo es D. Juan Antonio González Ruiz-Henestrosa. Director de Tarayuela Consultores. Bufete especializado en en Derecho Civil, Tributario, Mercantil y Administrativo.

WEB: http://www.tarayuela.com

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