¿Vulneración del derecho al honor, o derecho a la libertad de expresión?

¿Vulneración del derecho al honor, o derecho a la libertad de expresión?
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  • Idaira Loras Martín

Se ha condenado a un cliente de una clínica veterinaria por vulnerar el derecho al honor, ya que había iniciado una campaña de descrédito y desprestigio a través de internet hacia la misma.

El juzgado de primera instancia nº7 de Santander ha condenado al cliente de una clínica veterinaria al pago de 35.000 euros de indemnización por vulnerar el derecho al honor de dicha clínica ya que realizó una serie de insinuaciones, injurias y desprestigios a través de internet hacia la clínica donde llevaba a su perro.

En el juzgado se le condena al pago de esa indemnización para compensar el daño causado a la clínica. El magistrado del juzgado que dictó sentencia-José Luis Sánchez Gall-, también le obliga a finalizar la intromisión ilegitima de este cliente en el derecho al honor de la empresa. Por lo que se le exige que elimine de inmediato las acusaciones e injurias que ha realizado sobre los profesionales que trabajan allí.

La denuncia ha sido interpuesta por tres trabajadores del centro tras haber leído en las redes sociales que este cliente había escrito que “les iba a machacar”. Por ello, comenzó a difundir en redes sociales insultos e injurias sobre ellos, constituyendo así un delito contra el honor de los trabajadores.

En la sentencia 86/2021, de 23 de marzo el cliente fue condenado por un delito de amenazas leve contra estos sujetos. Contra dicha resolución cabe interponer un recurso de apelación. La Audiencia Provincial de Cantabria, que fue la que dictó sentencia, le condenó como autor de delito de amenazas leves porque como resultado de publicar los insultos e injurias, muchas personas se unieron e hicieron comentarios despectivos.

Hechos ocurridos

El motivo por el cual este cliente comenzó la campaña de desprestigio fue porque le cobraron 55 euros por la realización de un diagnóstico a su mascota. Según el “afectado” se trataba de un diagnostico erróneo por lo que solicitó la devolución de los 55 euros pagados.

Tras interpretar que el diagnostico no era correcto, el acusado llevó a su mascota a otra clínica veterinaria. En la nueva clínica veterinaria le diagnosticaron una infección de orina. Tras cuatro días, el dueño acudió al primer lugar para pedir la hoja de reclamaciones y pedir la devolución del dinero. En la clínica le dijeron que no se le podía devolver el importe de la consulta, por lo que el dueño del perro les amenazó asegurándoles que iba a ir a por ellos y “que todo el mundo se iba a enterar del tipo de trabajadores que había en ese lugar”.

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