Alberto Cabello (AJA): “La formación no termina cuando acaba la carrera”

El presidente del AJA incide en la formación continua de los jóvenes. Además, pone en relieve el mentoring y la reinvención de la profesión.
Alberto Cabello (AJA): “La formación no termina cuando acaba la carrera”
Foto: Alberto Cabello

Ayer, 8 de marzo de 2021, se inauguró el I Congreso Abogacía Joven de Madrid. Este evento virtual organizado por la Agrupación de Jóvenes Abogados de Madrid (AJA) fue iniciado por Alberto Cabello, presidente de la asociación. El Congreso durará hasta el 12 de marzo y su propósito es incidir en la formación continua de los jóvenes, así como acercar las novedades jurídicas. Cabello ha meditado sobre varios de estos aspectos que afectan a los jóvenes abogados.

Periodista: ¿Qué es el AJA? 

Cabello: El AJA es la Agrupación de Jóvenes Abogados. Somos una agrupación libre e independiente, pero que pertenece al Colegio de Abogados de Madrid.

Representamos a todos los colegiados que son menores de 35 años o con menos de cinco años en el ejercicio. Les ayudamos en sus inicios profesionales, especialmente en tres ramas.

En primer lugar, la formación: entendemos que debe ser continua, de calidad y accesible. Después en el networking: creemos que es esencial que los colegiados estén conectados unos con otros. Y, por último, en el aspecto reivindicativo. Los abogados jóvenes deben ser inconformistas y reivindicativos, y por tanto vamos a luchar siempre por los derechos de la dignificación de su trabajo y de su entorno laboral.

P: ¿Por qué han decidido celebrar este Congreso? 

C: El Congreso es un sueño que hemos querido hacer desde que hace ocho años llegamos a la institución. Lamentablemente no lo hemos podido hacer presencial porque esta pandemia ha hecho que tengamos que hacerlo de manera digital. Pero así vamos a llegar a mucha más gente que nos verá desde sus casas. El número de inscripciones es de casi 6.000, así que estamos muy orgullosos de ello.

Lo que hemos querido hacer es poner de relevancia la formación continua que hacemos desde el Colegio. Acercar las novedades jurídicas a los más jóvenes y, sobre todo, hacer un Congreso que fuese muy amplio de Derecho positivo. Siempre nos hemos centrado mucho en las habilidades profesionales y también en las cosas transversales.

Esta vez hemos querido hacer un Congreso de Derecho positivo, cercano y empático, donde cualquiera pueda encontrar su lugar, teniendo en cuenta las dificultades que tenemos debido a que lo hacemos de manera virtual.

P: ¿Qué actividades van a ofrecer?

C: Vamos a hacer seis sesiones de mentoring con abogados de reconocido prestigio. Estas estarán cerradas a un máximo de 20 participantes cada una y no se puede repetir. En estas mentorías se les acercará el mundo jurídico del día a día de un despacho de abogados.

También se harán 15 jornadas dedicadas a cada una de las ramas del derecho. Hoy (8 de marzo), dado que es el Día de la Mujer, lo hemos dedicado a la profesión de la mujer y a toda su dedicación del mundo femenino en el ámbito jurídico.

P: Usted apuesta por la formación continua de los jóvenes. ¿Por qué cree que esto es importante?

C: Es indispensable y esencial que los futuros juristas entiendan que la formación no termina cuando acabas la carrera o el máster de acceso. Tienen que reinventarse constantemente, aprender nuevas normas, reciclarse de manera constante…

La formación es un pilar fundamental. Todos aquellos abogados que no estén formados y que no busquen la excelencia, acabarán fracasando. Nosotros creemos que, para tener abogados exitosos en la calle, tienen que estar absolutamente formados y tener una visión transversal de todas las materias. La especialización es el futuro y el día a día, pero también es importante que tengan un abanico de visión sobre todas las materias que hay en el entorno jurídico.

P: La reinvención es uno de los temas a tratar en el Congreso. ¿De qué forma pretenden ayudar a los jóvenes en este aspecto?

C: Hemos apostado mucho por las nuevas tecnologías (NTIC). Al fin y al cabo, el abogado que salga de la carrera y quiera ejercer por cuenta propia o montar su despacho, no va a poder competir con los demás si no está adaptado a las NTIC. Es más, podrá competir con despachos medianos o grandes porque será mucho más eficiente y eficaz si utiliza estas herramientas de manera natural.

Al final, creemos que la profesión se ha reinventado, no solo por la pandemia, con la cual hemos adelantado dos años en la revolución tecnológica. Pero lo que hemos conseguido es, en primer lugar, que no haya que tener un espacio físico. Podemos llevar un asunto jurídico de manera telemática y digital. Además, con las NTIC, muchos de los procesos que eran repetitivos y cotidianos, los hemos avanzado porque los están haciendo robots y programas de software. Creemos que es importante acercar el legal tech ya que es un campo gigante y, además, está en constante revolución y movimiento.

En segundo lugar, la reinvención llega con todo lo que son las habilidades empresariales como oratoria, comunicación, negociación… Al final eso va a ser lo que marque la diferencia entre un abogado mediocre y uno exitoso

P: El evento contará con clases de mentoring, un aspecto en el que usted ha incidido mucho. ¿Por qué es esto importante?

C: Porque en el mundo jurídico es muy difícil aprender solo. Es muy importante aprender de alguien que ya ha cometido los errores y haya aprendido de ellos. Los grandes abogados a lo largo de la historia han tenido un gran mentor, una gran persona de la que han aprendido y de la que se han empapado de todas sus capacidades.

Lo que pensamos es que todos los abogados que se están iniciando en la profesión deben tener un abogado veterano que les pueda ayudar y asesorar. Desde el Colegio -con el área de desarrollo profesional- ya hemos hecho durante los dos últimos años mentorías con socios de grandes despachos que ayudaban a esta gente en sus inicios profesionales y en su día a día.

Creemos que es importante estar en el lugar oportuno y adecuado. Y eso se consigue si hay un veterano comprometido con ese joven y ese joven comprometido con esa formación.

P: ¿Cómo acabó en el AJA?

C: Llegamos al ICAM hace ocho años, pero realmente llevamos en el mundo de la abogacía profesional casi 10, comprometidos con los movimientos legislativos y sociales.

La causa que nos unió fue la Ley de Tasas de Gallardón. Era un punto en el que se impedía el acceso a la Justicia de toda la ciudadanía. Además, esta Ley estuvo muy vinculada con el 15M. Nosotros entendimos que este tenía una razón de ser al principio por la situación que tenía el país, pero acabó politizándose. Además, entendíamos que los abogados que representamos a la sociedad civil no podíamos acampar en medio de Madrid.

Lo que teníamos que hacer era cambiar las instituciones desde dentro, cambiar el mundo desde una manera transversal y cercana a la sociedad. Entendimos que la abogacía tenía que ser la vanguardia de la sociedad civil, en los cambios legislativos y en el control de los gobiernos y del poder ejecutivo. Al final, parece que la ciudadanía está sometida al poder ejecutivo y es al revés. Es el poder ejecutivo quien tiene que dar explicaciones a la sociedad civil.

Nosotros estábamos recién licenciados y, a través de la plataforma Jóvenes Abogados de Madrid, mutamos hasta convertirla en Jóvenes Abogados en Movimiento. Ahora está en casi todos los países de Latinoamérica y en muchas ciudades españolas. A partir de ahí, hemos conseguido que los Colegios de Abogados sea (sean) más participativos, más democráticos, libres, cercanos y, sobre todo, luchar por unos movimientos que representen a la ciudadanía y no solo a unos burgueses, que era lo que lo que sucedía.

P: ¿Cuáles son las necesidades de la asociación?

C: Acercar el Colegio a los colegiados. Hay muchas veces donde ellos no participan y es cierto. Creo que tiene que ser un contrato bidireccional entre ambos. Pero no podemos culpar a los colegiados, tenemos que hacer lo que sea para que participen en este ámbito.

Además, lo que comentaba antes: la formación, el networking y la reivindicación. Hemos hecho que el AJA sea más participativo y accesible, tanto que hemos accedido a la Junta del Gobierno. Hemos conseguido que se cumplan los Estatutos (que el presidente del AJA participase en las Juntas). Ahora hay tres jóvenes que forman parte de la Junta, algo que era impensable en otros mandatos.

P: Los jóvenes son el objetivo del AJA. Debido a la pandemia hay quienes hablan de otra generación perdida. ¿Cómo cree que afectará en el Derecho? ¿Tendrán las mismas oportunidades que otras generaciones?

C: Toda crisis puede tornarse en una oportunidad. Creo que van a tener que reinventarse y cambiar sus modelos mentales. Todos aquellos que piensen que esto está acabado y que no tiene futuro, seguramente cumplan sus objetivos. Tienen que pensar lo contrario. Hay que tener un pensamiento más positivo, que puedan adaptarse a estos cambios y sobre todo que puedan utilizar todas estas herramientas para mejorar su día a día profesional.

No todo está perdido, creo que va a cambiar el mundo de manera radical. Lo que hay que fomentar son las habilidades profesionales y el conocimiento tecnológico. Aquellos que sepan implementar ambas tendrán mucho más avance que colegiados más veteranos que no puedan llegar a reinventarse a adaptarse a las circunstancias.

P: Usted ha dado conferencias y cursos en universidades. ¿Ha percibido algún cambio significativo en las nuevas generaciones de abogados? 

C: Hay dos cambios radicales. Mientras que muchos de mis compañeros de universidad se quejan de la formación de los nuevos alumnos, a mi parecer, están más preparados que nunca. Lo que pasa es que están más preparados para ser eficientes y eficaces. Lo que alguien hacía antes en más horas de trabajo, ellos lo hacen en menos porque han aprendido a ser más sistemáticos y resolutivos. Estas personas tienen capacidades mayores que antes, tienen una mente más ágil.

El verdadero problema es la conexión entre el profesorado y el alumno. Si estos conectasen de verdad, conseguiríamos que estas generaciones fuesen arrolladoras.

P: ¿Diría que los recién graduados están bien preparados cuando llegan al mundo laboral?

C: Diría que están bien preparados para aprobar exámenes teóricos, pero no para el mundo práctico, ni para la realidad.

Admiramos a todos los opositores porque tienen unos grandes conocimientos teóricos, pero muy pocos prácticos. Les recomendaría que salieran a la calle. Muchas veces lo que nos encontramos en los juzgados es que, precisamente, todos estos opositores no han visto la realidad. Sin embargo, otros compañeros que se han salido directamente al mercado laboral tienen más habilidades empáticas, personales, de cercanía…

Creo que el problema es que la formación en las universidades debe reinventarse. No está bien enfocada porque se centra en aprobar exámenes teóricos, no para vivir de manera práctica.

En mi caso, el Máster de Acceso a la Abogacía, estaba diseñado para ser práctico. Al final es un refrito de lo que se ha dado durante cuatro años en el grado con algunas pinceladas que no sirven para nada.

Creo que se debe reinventar la formación: hacer que sea más accesible, más cercana, empática. El problema de la formación actual, empezando por los másteres, es que a todos les damos la misma formación sin estudiar para qué sería bueno cada uno de ellos. Se podría enfocar en función de las habilidades e intereses, pero al final les damos a todos lo mismo y queremos sacar lo mismo y es imposible.

P: ¿Cuáles considera que son los mayores retos a los que se enfrentan los futuros abogados?

C: Primero, la falta de corporativismo; la falta de empatía entre unos y otros. Es una cosa por la que luchamos siempre: ver a los jóvenes abogados como compañeros, que pueden ser colaboradores, que pueden ayudar en nuestro día a día, no verlos como el enemigo.

Creo que hay mucha envidia y discrepancia entre unos y otros, y la falta de empatía y de sintonía hacen que se pierdan muchas oportunidades. Hay que fomentar ese corporativismo de manera sana.

También es adaptarse a la NTIC. Si son capaces de adaptarse a la tecnología, superarán a los veteranos que tengan más habilidades o formación.

En tercer lugar, el mayor reto es vencer a la frustración: entender que es una profesión que les gusta, que les apasiona y que les llena. Aquellos que no les apasione, deberían dejarlo y buscar otra salida. Gracias a que son estudiantes de Derecho tienen una gran capacidad porque tienen una formación única y pueden tener todas las salidas que quieran inventarse o reinventarse.

P: Ahora se habla mucho sobre la Inteligencia Artificial (IA), la cual puede ser aplicada al Derecho. Algunos la ven como una aliada y otros como un problema para la profesión. ¿Cuál es su opinión sobre este tema?

C: Todo lo que es la tecnología siempre va a ser una aliada si se sabe utilizar de manera correcta. La IA no deja de ser probabilidades. Juntan todo el conocimiento del Big Data y llegan a una opción de IA.

Lo importante de esta son tres cosas que siempre nos preguntan los clientes: ´cuánto me vas a costar´, ´cuánto va a durar´ y ´qué probabilidades de éxito tengo´. La primera pregunta la seguiremos contestando nosotros con nuestro criterio de honorarios. Pero las otras dos se pueden calcular de manera real con la IA, por lo que creo que es un aliado. Ahora bien, cada uno tendrá que saber cómo lo aprovecha.

P: ¿Por qué escogió esta profesión? 

C: Decidí escoger Derecho porque soy un híbrido entre periodismo y derecho. Al final, en la vida creo que hay que tener esa dote de comunicación, cercanía y empatía que te puede dar el periodismo. Y, por otro lado, en el mundo jurídico -que es por lo que lo elegí-, para poder jugar a un juego tienes que saberte las normas.

El Derecho te da esa capacidad de saber las normas del juego. Además, porque me gustaba hacer justicia, pero no hacer justicia como se entiende en las películas (ríe), sino buscar los intereses de la gente que me rodeaba e intentar ayudarles en ello. Escogí Derecho por eso: por saber las normas del juego y poder jugarlo.

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