Existen muchos motivos o situaciones por las que una persona no está capacitada y no está en el pleno uso de sus facultades mentales para poder regir ni su vida ni su patrimonio por sí mismo. En estos casos, la persona está incapacitada para poder tomar decisiones por su propia voluntad. Para ello, a esta persona se le asigna un tutor legal que se encargue de cuidar y velar por esa persona y por sus necesidades.
- ¿Qué implica ser tutor legal de alguien?
La persona que sea tutor de una persona mayor (que ya no puede hacerse cargo de su vida ni de su patrimonio) o de una persona incapacitada, tendrá que velar por el bienestar y cuidados básicos de esa persona, atendiendo siempre las necesidades de la persona tutelada cubiertas.
Además del cuidado físico de la persona, también será el encargado legal de administrar su patrimonio: administrar sus bienes, llevar a cabo algunos procesos administrativos… pero todo ello lo tiene que realizar siempre informando a las autoridades competentes sobre ello.
- Cómo hacerse tutor legal de una persona mayor
En primer lugar, la persona que desea tutelar a una persona que no puede hacerse cargo de sí misma, debe acudir al juzgado de primera instancia del lugar de residencia de la persona afectada. Allí, se deberá rellenar un documento que el juzgado te facilita para ponerlo en conocimiento del juez.
El juez recibirá el caso y procederá a investigar, valorar y determinar la situación de la persona y las causas que se alegan para declararle capaz o no.
Las causas para declarar la incapacitación o no vienen recogidas en el artículo 200 del Código Civil que establece que “las enfermedades o deficiencias persistentes de carácter físico o psíquico, que impidan a la persona gobernarse por sí misma son los elementos que conllevan la declaración de incapacitación”.
Hay que matizar que no es necesaria la presencia de abogado en este tipo de procesos, es decir, lo puede iniciar cualquier persona sin necesidad de abogados.
Una vez que el juez ya ha determinado que necesita un tutor, tendrá que determinar el propio magistrado quién debe ser el tutor. La primera persona a la que se recurre para ser tutor, es la persona que elija la persona afectada, sino recurriría al orden de prioridad establecido en el Código Civil:
- Persona que la persona incapaz designe
- Cónyuge que conviva con él/ella
- Padres
- Las personas que esa persona haya dejado en su última voluntad
- Si no se dan estas circunstancias, será el hijo/a, hermanos, familiares…
Puede darse el caso de que la persona incapaz no tenga ningún familiar o persona cercana que se pueda hacer caso de su cuidado. En estos casos, el juez puede designar como tutor a una persona jurídica, como puede ser una fundación, asociación, etcétera.
De cualquier forma, cuando se asigne al tutor legal, esta persona tiene que aceptar su cargo y todas las responsabilidades y consecuencias que esta decisión conlleva.
- Obligaciones y responsabilidades
El tutor podrá obtener una remuneración por su cargo siempre y cuando el patrimonio de la persona tutelada lo permita. Es decir, una especie de salario por ejercer este cargo.
El tutor siempre actúa bajo la vigilancia del Ministerio Fiscal, que podrá solicitar en cualquier momento información sobre la situación del incapaz. Aunque de forma obligatoria, el tutor debe presentar de forma anual un informe sobre el tutelado.
Para finalizar la tutela, la persona a cargo puede declarar la llamada “excusa de cargo” que son una serie de motivos por los que puede dar por finalizado el cuidado: enfermedad grave, no disponer de los medios adecuados para ejercer el cargo, falta de vínculos entre tutor-tutelado, etcétera.
Deberá solicitar autorización judicial siempre para: internar al incapaz en un centro de salud mental, gravar sus bienes, renunciar a derechos que el tutelado estuviese interesado, aceptar una herencia a beneficio de inventario, derrochar dinero, interponer alguna demanda, ceder o alquilar bienes…