Según los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre del año 2020, publicada la semana pasada por el INE, el número de trabajadores por cuenta propia ha caído en 36.100 personas (-1,2%) respecto al trimestre anterior, mientras que en términos interanuales ha disminuido en 34.600 (-1,1%). Esto significa que el trabajo autónomo sufre un retroceso y lucha por resistir en un trimestre tradicionalmente de creación de empleo, y que, en cambio, este año, ha estado marcado por la pandemia del Covid-19, las medidas del estado de alarma y la crisis económica sobrevenida por esta situación.
Como ya indicaba la semana pasada María José Landaburu, secretaria general de la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), “estos datos confirman la tendencia que veníamos detectando en las cifras mensuales de afiliación a la Seguridad Social, y podemos decir que sin el escudo social desplegado con medidas como los ERTEs por fuerza mayor y la prestación extraordinaria por cese de actividad de los autónomos, sin duda la situación hubiera sido más grave”, pero a su vez “la tremenda incertidumbre por los rebrotes y por la lentitud en la reactivación económica en sectores como el turismo, obliga a pensar en nuevas medidas sin necesidad de esperar nuevos datos peores”.
Para la UATAE, medidas como la prestación extraordinaria por cese de actividad, que llegó a alcanzar a 1.466.123 autónomos a fecha de 30 de junio (el 45,52% del colectivo), han evitado una destrucción de empleo mucho mayor. No obstante, existe una importante incertidumbre de futuro ya que las prestaciones han reducido su intensidad y al tiempo tenemos una situación de rebrotes en distintos lugares de España, que está afectando negativamente a la ‘nueva normalidad’ y lastrando la activación económica por afectar a un sector tan importante para España como es el turismo.
“Para que su intensidad protectora se adecue a las necesidades reales del colectivo”
Así las cosas, en la jornada de ayer, y tras conocer los datos facilitados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en la reunión de la comisión de seguimiento celebrada el pasado 31 de julio, el alcance de las nuevas prestaciones para autónomos como consecuencia de la pandemia, es “muy reducido y está dejando fuera a un número importante de trabajadores autónomos en situación de necesidad”, especialmente, subraya el comunicado, “en los sectores más afectados como turismo, comercio, hostelería y actividades artísticas y de ocio”.
Para la organización, “ello es consecuencia de unos criterios de acceso muy restrictivos y en ocasiones mal interpretados por las mutuas, por lo que es preciso su modificación para que su intensidad protectora se adecue a las necesidades reales del colectivo”.
Según los datos facilitados por UATAE, la prestación extraordinaria para autónomos de temporada a fecha de 30 de julio fue solicitada por 2.535 personas, siendo resueltas de manera favorable a la misma fecha 1.168, menos de la mitad de las solicitadas. El 83% de las favorables se concentran en tres sectores: comercio, hostelería y actividades recreativas y ocio. El 60% de las favorables corresponde a una comunidad autónoma, Baleares, con 709 prestaciones, seguida de Cataluña con 173 y Andalucía con 84.
Por ello, la organización ha propuesto que el Ministerio aclare a las mutuas que no es exigible el alta este año en el RETA para realizar la solicitud, abriendo un período de solicitud extraordinaria con efectos de cobro de la prestación desde el 1 de junio. Asimismo, ve necesario eliminar el período establecido, entre marzo y octubre, para ser considerado de temporada, ya que muchas actividades de temporada están fuera de esos límites. En tercer lugar, propone incluir a los autónomos que se dieron de alta este año entre marzo y junio y que en la redacción actual quedan excluidos, así como no excluir a los que por necesidad hayan podido trabajar como asalariados un pequeño período de tiempo. Y, por último, solicita no bajar el límite de 5 meses de alta mínimos en los dos años anteriores, ya que muchos autónomos y autónomas tienen una temporada menor de 5 meses al concentrar su actividad en los meses de verano.
Respecto a la prestación ordinaria, planteada como continuidad de la extraordinaria que terminó el 30 de junio, ve preciso que se adapte a la situación actual “en la que muchos sectores vinculados al turismo van a seguir teniendo dificultades”. Por ello, insta a rebajar las pérdidas superiores al 75% para acceder a esta prestación y a introducir el criterio de fuerza mayor cuando el cierre sea establecido por las administraciones. También solicita que se elimine el requisito de un año de cotización por cese de actividad, “ya que una buena parte no lo alcanza”.
Landaburu ha afirmado que “estas modificaciones son necesarias para que la acción protectora de las nuevas prestaciones alcance a los autónomos y autónomas en situación de necesidad, especialmente en un momento de incertidumbre para los sectores vinculados a la actividad turística y de temporada”. Igualmente, la secretaria general de la UATAE sugiere que “la prestación extraordinaria que alcanzó a casi el 50% de los autónomos se ha demostrado muy efectiva para mantener las actividades y es preciso continuar por ese camino si no queremos que muchas actividades desaparezcan y con ellas el esfuerzo anteriormente desarrollado”.