El término Radler no es una marca en sí, sino que es el nombre con el que popularmente se denomina a la mezcla entre la cerveza con gaseosa o con limón, una clara de toda la vida. Aunque esto no se ha mantenido siempre así, ya que fue años atrás cuando se apostó por esta denominación alemana con el lanzamiento del producto en el mercado español.
De esta forma, se inició hace tres años un enfrentamiento judicial entre Mahou y Heineken, debido a la confusión y competencia que generó el término. Aunque, finalmente, la Audiencia Provincial de Madrid ha resuelto el asunto definitivamente, otorgándole la razón a la empresa española.
Todo comenzó en septiembre de 2018. En ese anterior verano, Mahou había sacado un nuevo producto al mercado. Así que el lanzamiento se hizo con una campaña de publicidad que lo describió con dos lemas:
- «La primera Radler Cinco Estrellas”
- «La primera Radler Cinco Estrellas con zumo natural de limón”
Además, junto a estos lemas se incluyó una fotografía del nuevo botellín con el nombre de la marca y con las cinco estrellas como características del producto.
ARGUMENTOS HEINEKEN
Sin embargo, el conflicto surgió porque Heineken ya tenía su propia “clara” o radler comercializada desde 2014. Entonces, consideró que Mahou estaba incurriendo en dos delitos: uno de publicidad engañosa y otro de competencia desleal. En este sentido, bajo la opinión de Heineken la publicad de Cinco Estrellas de Mahou llevaba a pensar al consumidor que no era el nombre de la marca, sino que describía la calidad del producto. Además, como tenía una calificación de cinco generaba el pensamiento de que era la mejor clara de todo el mercado.
Asimismo, Heineken también señalaba que, como en la campaña publicitaria de Mahou se hablaba de la “primera Radler”, también se estaban atribuyendo su creación, como mínimo en un formato premium. Explicaron que, si a estos lemas les hubiesen añadido “radler de Mahou”, no habría habido ninguna confusión y todo hubiera sido diferente.
PROCESO JUDICIAL
Heineken basó su primera demanda en esta argumentación para solicitar la retirada de la campaña publicitaria al estar incurriendo en competencia desleal. La presentó en el juzgado de lo Mercantil número 12 de Madrid, pero este la denegó. El abogado Carlos Morán del despacho Elzaburu, que es quien ha llevado el asunto, explica que como el eslogan estaba junto a la botella de Mahou “quedaba probado con claridad que era la primera bebida de ese tipo que la marca lanzaba”.
No obstante, Heineken recurrió la sentencia ante la Audiencia Provincial de Madrid, pero ésta tampoco ha resuelto a su favor y ha confirmado la sentencia de primera instancia. Que ahora es firme, puesto que no han vuelto a presentar ningún recurso, dando por finalizado el procedimiento judicial.
En ambos tribunales se aplicó la doctrina jurisprudencial según la cual todos los anuncios publicitarios se deben considerar globalmente, en su conjunto, ya que es la única manera de examinar correctamente el posible carácter engañoso. Así, lo ha explicado el abogado experto de Elzaburu: «Lo que sugiere el anuncio en su conjunto es que el producto publicitado constituye la primera bebida tipo radler que la casa Mahou lanza al mercado”. De esta forma, las cinco estrellas van enlazadas al rasgo distintivo de la marca Mahou, que es de sobra conocida tras tanto tiempo de trayectoria.
ESTUDIO COMO PRUEBA
Para reforzar su defensa, Mahou decidió realizar un estudio de mercado. Así, pretendía demostrar que los consumidores no habían entendido de manera errónea la campaña publicitaria.
En este estudio, sólo el 3% interpretó el anuncio en alguno de los sentidos que defendía Heineken. Frente al 32,45% de los encuestados, que entendían que al hablar de la mejor radler del mercado sólo se pretendían elaborar un reclamo publicitario.
Por lo tanto, el público era consciente de que, aunque es imposible probar algo tan subjetivo, esto no transmite “ninguna idea falsa”. Así, a pesar de que un cliente o empresa afirme que un sabor u otro le es más agradable, esto se da en «el ámbito de la máxima subjetividad» y «carece de potencialidad para inducir a error».