Intenta matar a un agente de policía en su huida de la comisaría

El juicio del acusado se celebrará entre hoy y mañana por los hechos ocurridos en la comisaría de Lonzas, A Coruña.
Intenta matar a un agente de policía en su huida de la comisaría
Foto: Pixabay

La segunda sección de la Audiencia Provincial de A Coruña celebrará entre hoy y mañana el juicio contra el hombre acusado de intentar estrangular a un policía. Tal y como ha declarado el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), el hombre intentaba huir de la comisaría de Lonzas, donde estaba detenido. La Fiscalía pide que se le acuse de delito de homicidio en grado de tentativa.

La detención

El pasado 11 de febrero de 2019, la policía gallega detuvo a un hombre que, presuntamente, estaba implicado en distintos robos con violencia e intimidación en diversos bancos de la ciudad durante los últimos meses, según refleja la Fiscalía. El hombre fue detenido a las 13.40 cerca de su domicilio y lo llevaron a la Comisaría de Lonzas (A Coruña). Allí observaron que el hombre tenía varios antecedentes penales y lo trasladaron a uno de los calabozos.

El representante del Ministerio Público expone que, horas más tarde, sobre las cuatro de la tarde, el detenido pidió ir al baño al policía que estaba de servicio. El acusado afirmó que se encontraba mal y que necesitaba otra manta porque había manchado la que tenía en la celda.

El agente abrió su celda para que pudiese ir al baño, y cuando volvió, le dijo que cogiese otra manta de la celda que había junto a la suya. Al salir de esta, el acusado «con un movimiento repentino, se la tiró por encima al agente y se abalanzó sobre él, cayendo ambos al suelo», tal y como ha señalado la Fiscalía.

Además, insiste en que estando en esa posición, el detenido le estranguló. En palabras de la Fiscalía, esto se realizó «con la finalidad de acabar con la vida del agente».

El policía, al «temer por su vida», cogió su defensa reglamentaria (lo que popularmente se conoce como «porra») y consiguió dar al detenido. Esto le permitió soltarse e intentar cerrar la puerta del calabozo para evitar la fuga del acusado.

La huida

A pesar de esto, la Fiscalía afirma que el detenido persiguió al agente «en actitud muy agresiva y forcejeó con él para intentar abrir la puerta». Por esto, el oficial se cayó al suelo, donde el detenido le dio varios golpes en la cabeza y en las costillas.

Finalmente, consiguió abrir la puerta y salió corriendo hacia el garaje de la comisaría. Como no encontró una salida, volvió a entrar y acabó encerrándose en el vestuario de los funcionarios.

Los agentes que estaban en la comisaría fueron avisados y cuando fueron abrir la puerta, no pudieron. El detenido se había puesto tras esta para evitar que entrasen, a pesar de que estos tenían la llave de la habitación. El Ministerio Fiscal explica que los agentes adoptaron todas las medidas de seguridad, ya que en las taquillas del vestuario había armas y no sabían si el detenido se había cogido alguna.

Por esta razón, dice la Fiscalía, un oficial intentó entrar en el cuarto acompañado de su arma reglamentaria. El acusado, que permanecía tras la puerta, «intentó coger la mano del agente que portaba el arma». Sin embargo, los demás policías consiguieron coger el brazo del acusado y sacarlo de detrás de la puerta.

Tras esto, la Fiscalía asegura que el detenido comenzó a lanzarles patadas, obligando a los agentes a inmovilizarlo en el suelo.

El proceso

La Fiscalía pide nueve años y cinco meses de prisión para el detenido, y cuatro años de libertad vigilada. También solicita que se abone al agente afectado 2.615 euros como indemnización por el tiempo de recuperación. Necesitó 30 días para recuperarse, por lo que no pudo continuar con su vida cotidiana. Además, le ha dejado una secuela: una neuralgia intercostal esporádica.

Por su parte, el agente pide 17 y medio. Respaldado por el Sindicato Unificado de Policía (SUP), el cuerpo encargado de investigar y resolver su caso, determina que se trata de un delito de homicidio en grado de tentativa, un delito de atentado, y uno de lesiones. También solicita una orden de alejamiento de un mínimo de 500 metros durante 10 años y la prohibición de comunicarse con el agente. Además, pide una indemnización de 10.000 euros por las lesiones y perjuicios.

El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña y el acusado se encuentra en prisión provisional comunicada sin fianza.

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