- Los delitos económicos cometidos a través de internet son la nueva y principal fuente de la criminalidad actualmente; la ONU alertó que durante la pandemia de coronavirus, los ciberdelitos han aumentado un 600%
Recientemente, Izumi Nakamitzu, de la ONU, manifestó que se calcula que a nivel mundial se produce un ciber ataque cada 39 segundos, siendo la principal razón de ello, la dependencia humana hacia los dispositivos tecnológicos.
Como no podría ser de otra manera, España no es la excepción, sino que es uno de los países con más víctimas de cibercriminalidad; el aumento de este tipo de delitos no ocurrió únicamente por la pandemia, sino que es un crecimiento que se viene gestando desde ya hace algunos años. Según el informe de la Secretaría de Estado de Seguridad, tan solo en 2019 se reportaron casi 36% más de ciberdelitos cometidos que en 2018, siendo casi el 90% de los mismos estafas.
Y es que las estafas son el delito perfecto para muchos ciberdelincuentes que encuentran en el anonimato de internet una protección que los hace prácticamente inmunes a la Justicia, ya que bien podrían estar del otro lado del mundo cuando estafan a una víctima española.
La estafa del préstamo online
Un ejemplo de ello es la estafa del préstamo online denunciado en el juzgado de Instrucción nº 29 de Madrid, por el que un empresario solicitó a una entidad financiera sita en Londres un préstamo de 5 millones de euros por el que pagó más de 750.000 euros sin obtener nada a cambio
Los hechos denunciados se remontan a diciembre de 2016, cuando el denunciante requería de un préstamo de 5 millones de euros para renovar una licencia bancaria y hacer frente a diferentes obligaciones tributarias. Tras consultar con diferentes entidades bancarias, el hoy denunciado E.N. un empresario español, le presentó al denunciante un fondo de inversión ubicado en Londres dedicado a este tipo de operaciones.
Tras varias reuniones entre el fondo de inversión que operaría como prestamista, y el inversionista que sería el prestatario, el acusado E.N., desapareció de la operación económica renunciando a su parte económica como comisionista. El supuesto fondo de inversión se hacía pasar como intermediario de entidades financieras reales, ubicadas en Reino Unido, entre ellas el HSBC o el Payoneer Bank.
Tras varios emails, conversaciones de teléfono y reuniones entre los prestamistas y el inversor, el fondo reconoció que le había concedido una línea de crédito de 5 millones de euros; sin embargo, para liberar los fondos se le requirió de la contratación de un seguro cuyo coste sería primero de 65.000 GBP. El denunciante, engañado y ante la falsa creencia de la liberación de fondos, procedió al envío de este dinero a una cuenta en el extranjero.
El supuesto fondo de inversión inglés, ante la facilidad del pago del prestatario, procedió a reclamar nuevos pagos aduciendo falsos gastos por un importe de 100.000 GBP, 40.000 GBP y 43.500 GBP, llegando a pagar hasta un total de 750.000,00 euros.
Habiendo desembolsado dichas cantidades, la supuesta línea de crédito nunca fue entregada, y las comunicaciones con el fondo cesaron, por lo que, el supuesto el prestatario ante las sospechas de haber caído en una estafa decidiódenunciar al intermediario que le había presentado al fondo inglés, argumentando que era él quien había ideado la estafa financiera.
Antes de interponer la denuncia, la víctima investigó el destino del dinero enviado al extranjero. Dinero que había sido remitido a paraísos fiscales sin haber comprobado la identidad de la cuenta de destino. Por otra parte, tras numerosas comunicaciones mantenidas con el supuesto fondo de inversión, se descubrió que las conversacioneshabían sido fraudulentas. Los estafadores habían usurpado los datos y la identidad real de un fondo ubicado en Reino Unido pero que desconocía de la operación mercantil comunicada por el denunciante.
Tras denunciar los hechos, el juzgado de instrucción llamó a declarar al comisionista E.N. en calidad de denunciado, quien fue asistido por el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, de Ospina Abogados. El día de su declaración, el acusado, colaboró con la instrucción y respondió a las preguntas formuladas por las partes. La línea de defensa que optó el acusado fue la de demostrar su nula participación en la estafa, desconociendo si la misma había tenido lugar. Por ello, acreditó que ni trabajaba para el supuesto fondo, ni había participado en el negocio mercantil que terminó siendo una estafa.
Tras la declaración como investigado, Ospina Abogados, uno de los mejores despachos penalistas de la actualidad, especializado en delitos económicos, solicitaron varias diligencias de investigación, como las IP´s de los ordenadores que habían remitido los supuestos emails con el préstamo fraudulento, así como la identidad de los titulares de las cuentas a donde el dinero fue enviado.
El juzgado de Instrucción finalmente dictó el archivo y sobreseimiento de la causa al determinar que: “no se ha podido determinar por la Unidad de Delitos Informáticos de la Policía Nacional los titulares de los dominios de internet y cuentas de correo electrónico con las que se perpetró el ilícito. Agotándose todas las vías de investigación sobre las evidencias electrónicas”.
Las estafas financieras, producidas a través de internet están en auge, y con ellas la especialización de los delincuentes que se valen de datos reales para producir sus fraudes. Los delincuentes online, usurpan la identidad de las entidades de crédito, para sin su conocimiento maquinar fraudes y estafas online millonarias en las que caen consumidores ante la expectativa de una ganancia que nunca llega.
La vía judicial es lenta, y el delincuente se vale de la impunidad que le ofrece la red, o el anonimato de los paraísos fiscales, para ocultar su identidad; por ello, es muy difícil que las víctimas en este tipo de casos terminen recuperando sus inversiones.