Falsifican mi firma, ¿qué hago?

Falsifican mi firma, ¿qué hago?
Foto: Pixabay

Uno de los procedimientos más eficaces para demostrar una falsificación de firma es recurrir a una pericia caligráfica.

Desde que una persona crea su firma, esta la acompaña hasta los últimos días de su vida. Y es que este trazo es parte del sello personal de cada uno. Gracias a esta, es posible establecer el consentimiento al contenido de un documento determinado, y precisamente por eso es tan importante; porque corrobora la autenticidad de un escrito. Además, conlleva una serie de connotaciones: consentimiento, adquisición de obligaciones, renuncia a derechos…

Sin embargo, hay ocasiones en que una firma no es auténtica y eso puede tener consecuencias graves, generalmente relacionadas con el interés económico: desde la posibilidad de que te roben dinero de tu cuenta bancaria hasta que parezcas estar de acuerdo con un documento que no has firmado. Por eso, es importante denunciar en cuanto se tenga conocimiento de ello.

Informar sobre la falsificación

El hecho de falsificar una firma constituye un delito, por tanto, es importante acudir a la parte que ha recibido el documento con la firma falsificada y avisar de ello. Esto permitirá que se detengan aquellas acciones relacionadas con el documento falsificado.

Además, la parte que ha recibido el documento suele pedir que se firme una declaración afirmando que se ha falsificado la firma para poder detener los efectos legales del documento y liberar al afectado de toda responsabilidad.

Pericia caligráfica

Independientemente del proceso que sea -civil, laboral, penal…- para demostrar que se ha falsificado una firma es necesaria una prueba. Aquí es donde interviene la pericia caligráfica o “cotejo de letras”, recogida en la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil. Recogida en los artículos 349 al 351, regula el conjunto de técnicas gráficas que se utilizan para identificar la autoría de la firma.

De esta forma, el perito calígrafo aplica esta técnica en los casos en que la autenticidad de un documento privado se ponga en duda. Para ello, debe comparar las firmas que han sido realizadas por la persona que denuncia la falsificación con las que se sospechan que son falsas.

Esta comparación se hará estudiando elementos gráficos como la forma, la velocidad, la presión, la inclinación… Estas pautas son las que pueden ayudar a demostrar a quién pertenece la firma.

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