El Legal Tech es un término relativamente nuevo que apenas lleva cinco años entre nosotros. Para muchos todavía es desconocido, por eso vamos a tratar de explicar de que se trata. Podemos decir que Legal Tech es un nuevo área del derecho. Su objetivo pretende ser la mejora del derecho práctico en general a través de la implantación de tecnologías digitales. Es decir, la aplicación de la tecnología en cualquiera de sus variantes para comercializar o prestar servicios legales. Una de sus características principales es que se trata de un proceso transversal. Esto quiere decir que se adentra en todas las áreas del derecho ya sea laboral, civil, penal o societario.
El Legal Tech se centra en mejorar la aplicación practica de cualquier derecho. Sin embargo, no es la única revolución tecnológica que ha tenido lugar últimamente. La crisis sanitaria causada por el Covid-19 ha propiciado que todos los cambios tecnológicos de los que se estaba empezando a hablar en el sector judicial se vieran obligados a ponerse en marcha de golpe. Uno de los ejemplos más característicos son los juicios telemáticos que se han producido en España como solución a una situación de cierre de los juzgados. Ciertos expertos ya ven esta práctica como un modelo a adoptar habitualmente para solucionar otro de los problemas de nuestra justicia como es el colapso judicial.
Revolución tecnológica
El Legal Tech por lo tanto está suponiendo una auténtica revolución en el sector judicial. Se encamina a cambiar incluso la profesión de abogado en un futuro. Pero ¿es esta revolución buena para despachos, bufetes y abogados? La respuesta es no. El Legal Tech afectará de forma negativa a los despachos y a la profesión de abogado por distintas razones.
Por una parte y pese a que un abogado puede ayudarse de esta técnica para mejorar sus servicios, como, por ejemplo, tener de primera mano la opinión de los clientes y saber que es lo que éstos más reclaman, esto simplemente va a propiciar que multitud de empresas tengan servicios legales sin tener conocimientos en temas de derecho puesto que se ayudarán de las opiniones de los consumidores para poner en marcha sus servicios. Por otro lado, el empleo de Legal Tech va a propiciar una mayor automatización de las respuestas. Es decir, cuando un consumidor esté buscando asesoramiento legal ya no será necesario que contacte con un abogado puesto que cada vez serán más los algoritmos que respondan a esas cuestiones. Pero esto tiene un riesgo enorme puesto que el Legal Tech y los bots no cuentan con una educación jurídica, no son capaces de interpretar las leyes ni las normas. Se quedan simplemente en lo superficial sin entrar a los sustancial de la profesión.
Futuro incierto
Con todos estos datos, ¿Cómo deberán ser los profesionales del futuro? La revolución digital avanza ya imparable y pese a que los abogados van a seguir siendo indispensables, esta profesión si que debería modernizarse en cuanto a tecnología y metodología se refiere. La especialización será cada vez más importante para un letrado. Debido a que los clientes buscan cada vez más un servicio personalizado y acorde a sus circunstancias. También se deberá mejorar en el uso de las nuevas tecnologías. Todos los sectores laborales se están adaptando a ellas porque serán más que necesarias en un futuro. Pese a que el sector de la abogacía siempre ha sido más reacio a adaptarse a los nuevos tiempos en esta ocasión es un tren que no se puede dejar escapar porque en ellas está la supervivencia de la profesión. Los abogados, por lo tanto, seguirán siendo necesarios en un futuro siempre y cuando sepan adaptarse a los nuevos tiempos y ofrezcan nuevos servicios que frenen la expansión de los Legal Tech tan perjudiciales para la profesión, pero también para los clientes.
