La difusión de conversaciones, vídeos o imágenes puede ser un delito al considerarse una vulneración del derecho al honor o a la intimidad.
Compartir imágenes y conversaciones privadas con los amigos y la familia se ha vuelto una práctica habitual en los tiempos que corren. Además, las redes sociales tienen un importante peso en este aspecto, ya que en ocasiones, contribuyen a que el tema expuesto se haga viral.
Sin embargo, esta conducta ya interiorizada por parte de la sociedad puede conllevar problemas legales. Y es que, a pesar de que las leyes continúan renovándose para adaptarse a la era actual, una conversación privada a través de redes sociales, continúa siendo privada.
¿Es delito?
Lo cierto es que no hay una respuesta unánime a si es delito o no, ya que entran varios factores en juego, como el contenido de la conversación y en especial, la participación que se tenga en la misma.
Por ejemplo, en el caso de que se comparta una conversación donde no se está faltando al honor de ninguna persona, no se contemplaría como un delito. Sin embargo, si se está vulnerando algún derecho, esto cambia.
Si se atiende a la ley, el artículo 18 de la Constitución Española (CE) regula el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen. El apartado 2 de este artículo hace referencia a la garantía del secreto de las comunicaciones, por lo que difundir una captura de una conversación, se haya o no participado en ella, puede estar vulnerando el derecho al honor de los participantes.
Por tanto, en el caso de que una persona decida denunciar a otra por haber difundido una conversación donde se haya dañado su honor, puede ser un problema. Además, si no se ha participado en la conversación –es decir, tan solo se ha sido testigo de ella –se estaría hablando de un delito de descubrimiento y revelación de secretos, tal y como apunta el artículo 197 del Código Penal.
Sin consentimiento
Por otro lado, si se difunde este contenido sin el conocimiento o sin el consentimiento de esa persona también se estaría vulnerando el artículo 7.3 de la Ley Orgánica 1/1982, de 5 de mayo, de protección civil del derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen.
En este caso, si el contenido que se está compartiendo es de carácter íntimo y personal, también sería un delito ya que se trata de una intromisión ilegal que atenta contra el honor, la intimidad y la propia imagen. Además, la persona afectada puede solicitar una indemnización por los perjuicios causados.
¿Se puede ir a la cárcel?
La respuesta es sí, pero depende del contenido que se haya divulgado.
A partir del 1 de julio de 2015, difundir las imágenes íntimas que se habían obtenido de forma lícita de la otra persona no era delito. Tan solo se consideraba una violación de “revelación de secreto” si antes se había violado el “descubrimiento de secreto”. Por esta razón, en el caso de Olvido Hormigos no se condenó a prisión por la difusión del vídeo sexual de la ex concejala de Los Yébenes (Toledo), ya que se consideró que ella lo había grabado y enviado voluntariamente.
Sin embargo, en la última reforma del Código Penal se introdujo el apartado 197.7, donde se explica que aquellos que difundan imágenes o grabaciones íntimas sin un consentimiento pueden ser castigados con una pena de tres a un año de prisión o una multa de seis a un año.
El caso de Elena Cañizares
La polémica de si es legal o no publicar en redes sociales conversaciones privadas estalla cada vez que un tema se hace viral.
Esto ocurrió el pasado 22 de noviembre, cuando Elena Cañizares, estudiante de enfermería, hizo público un hilo de Twitter donde contaba cómo sus compañeras de piso le habían pedido que abandonase la casa tras enterarse de que tenía coronavirus. La publicación contenía capturas de pantalla y audios del grupo de WhatsApp de las cuatro jóvenes. En apenas unas horas el hilo había llegado a más de 115.000 me gusta y más de 56.000 retuits.
Entre las respuestas que recibió Cañizares, algunos usuarios alertaban de que el contenido que estaba compartiendo podía ser ilegal debido a la vulneración del derecho a la intimidad y al honor. Horas más tarde, la joven acabó borrando la publicación. De hecho, la joven confesó en un programa de televisión que sus compañeras la querían denunciar y que actualmente están en trámite de denuncia.