Un año de cárcel por haber vendido a una sala de exposiciones cuatro cuadros falsificados del pintor Joan Miró. Esa ha sido la condena que tanto la Fiscalía como el dueño de la galería de arte Sala Gaspar de Barcelona han acordado.
Y es que el hombre era acusado de un delito de estafa, ya que vendió estas obras por un valor de 310.000 euros sabiendo que se trataba de imitaciones. Además, se ha retirado la responsabilidad civil, ya que la cantidad estafada fue devuelta el pasado mes de febrero.
Debido a este pacto, se han retirado también los cargos a la madre del acusado puesto que no ha quedado probada su participación en la estafa de los cuadros.
El origen de la estafa
Barcelona, junio de 2016. El acusado pretendía “obtener un enriquecimiento económico”, aprovechando el renombre que tenía su galería y su relación con un viejo cliente. Consiguió venderle varias obras de imitación del pintor catalán de entre 50.000 y 100.000 euros.
De esta manera, el administrador de la galería llegó a hacerse con 310.000 euros por cuatro cuadros de Miró. Tal y como ha admitido el acusado, todas esas obras eran puras imitaciones de las originales, hechas sin autorización de los propietarios del derecho de autor o propiedad intelectual. Todavía se desconoce la persona que llevó a cabo la falsificación. Por todo esto, la Association pour la Défense de l ́Oeuvre de Joan Miró no ha aceptado certificar dichas obras.
La sentencia
En un primer momento, la Fiscalía solicitaba ocho años de prisión para el condenado, así como para su madre. Además, pedía una multa de 21.600 euros por el delito de estafa y otro contra la propiedad intelectual.
Finalmente, ambas partes han llegado a un acuerdo; un año de prisión para el dueño de la galería -dejando a su madre sin cargos- y quitándole la responsabilidad civil debido a que esta ya fue ingresada en febrero.